BIBLIOTECA
La biblioteca escolar es un espacio central que aporta dinamismo a la escuela, participando en su proyecto pedagógico a través de múltiples acciones orientadas fundamentalmente a la formación de docentes, estudiantes lectores e investigadores, a través de la consulta, la lectura y la producción de conocimiento propio. Más allá del tamaño o grado de desarrollo que asuma la biblioteca dentro de cada escuela, la existencia de sus componentes básicos (espacio, colección, equipamiento), junto a un responsable dedicado a poner en marcha los procesos pedagógicos y técnico-bibliotecológicos que sustentan su misión, abre ventanas a las oportunidades de acceso democrático a la información que se presentan a docentes, estudiantes y familias en la sociedad del conocimiento.
PROCEDIMIENTOS
Recepción de fondos: inventario y sellado Para la organización de los libros y otros materiales que se ubicarán en la biblioteca del jardín o de la sala, es necesario realizar dos actividades que los identifican como patrimonio de la institución. Estas actividades son: el registro de inventario y el sellado. Inventario
¿Qué es? El inventario es un registro que consigna los materiales bibliográficos tanto impresos como en otros soportes, que ingresan a la biblioteca.
¿Para qué sirve? Llevar un inventario es una buena práctica de la información: saber qué tenemos, quién lo envió, cuándo ingresó y, en el caso de que se decidiera darlo de baja, para indicar la causa y la fecha. También se registrará cualquier otra información de relevancia.
¿Cómo se hace? La forma más sencilla es por medio de una planilla en cuyas columnas se escribe la información que identifica al libro u otro material que hace su ingreso a la biblioteca.
SELLADO
¿Qué es y para qué sirve?
Todos los materiales que ingresan a la biblioteca se deberán sellar, con el fin de indicar que son propiedad de la institución.
¿Cómo se hace?
El sello deberá colocarse en un lugar visible de los materiales. Es conveniente normalizar este procedimiento, colocándolo siempre en un mismo lugar, para que los niños se habitúen a esta señalización, y los padres y la comunidad en general puedan reconocer el libro como parte de la biblioteca. Se recomienda que el sello no sea demasiado grande para que no cubra el texto o las imágenes, pero sí lo suficientemente claro como para que contenga el nombre de la biblioteca del jardín.
Registro de la información
Una vez realizado el inventario y el sellado del material, que constituiría la etapa de su descripción física, continúa la etapa ligada a la organización intelectual y de contenido. En la primera, se realiza la catalogación que supone la identificación de autores y títulos. En la segunda, se analiza el contenido a partir de la identificación temática, que da como resultado, en su posterior agrupamiento, el proceso de clasificación. Este, a su vez, permite la señalización y categorización del fondo.
CATALOGACIÓN
¿Qué es y para qué sirve?
Es el procedimiento por medio del cual se describe el libro, de tal manera que quede diferenciado individualmente del resto de los materiales que alberga la biblioteca.
¿Cómo se hace? Se registran los datos del libro en una ficha catalográfica -si el procedimiento es manual- o en la hoja de carga de un programa automatizado de bibliotecas. Existen normas internacionales (RCAA2r) que indican cuáles son los elementos básicos que han de ser descritos, su orden y puntuación, pero en una biblioteca de jardín un nivel mínimo de carga de datos es adecuado, ya que los requerimientos de información son menores.
CLASIFICACIÓN
¿Qué es?
La clasificación es el procedimiento que permite representar el contenido de un documento mediante un signo, código o número que indica una categoría dentro de un esquema preestablecido.
¿Para qué sirve?
El uso de un sistema de clasificación permite organizar los materiales en los estantes. Podríamos pensar que es imposible tener ordenado, con niñas y niños de 3 a 5 años, un espacio lleno de libros; pero precisamente esta organización ayudará a iniciar y fomentar nuevos hábitos organizativos y empezar a generar pequeños sistemas de clasificación del conocimiento.
¿Cómo se hace? En las bibliotecas escolares, se suele organizar el material mediante sistemas de clasificación decimales. Un sistema decimal organiza el conocimiento en 10 categorías temáticas generales, cada una de las cuales se divide, a su vez, en 10 subclases y así sucesivamente. A continuación, les mostramos las clases principales de la Clasificación Decimal Universal (CDU), muy utilizada en las bibliotecas escolares argentinas.
PRÉSTAMO DE LOS MATERIALES
¿Qué es y para qué sirve?
El préstamo es uno de los servicios básicos que ofrece una biblioteca. Implica permitir la salida de los libros hacia la casa de los niños, para promover de esta forma su uso, el aprendizaje y la lectura fuera del ámbito del jardín.
¿Cómo se hace?
El préstamo debe realizarse en forma ordenada para saber qué se prestó y a quién.
Preservación en bibliotecas: los tesoros de la biblioteca
El cuidado compartido permitirá que chicas y chicos que vayan al jardín en los próximos años puedan disfrutar de los libros tanto como los de hoy. El bibliotecario o el docente a cargo de las colecciones será quien se ocupe de los lineamientos básicos de la preservación de los materiales y a su vez deberá transmitírselos a los niños a fin de que aprendan a ser responsables en el momento de jugar, tocar, olfatear y/o leer los libros.
¿Cómo cuidar los libros? Los libros envejecen y eso no podemos evitarlo, pero sí podemos protegerlos de las enfermedades o de las lastimaduras que pueden dañarlos. Algunos consejos para trabajar con niñas y niños: Lo primero que tenemos que hacer para cuidar los libros de la biblioteca es identificar sus partes. Un libro tiene un pie y una cabeza, también llamados canto superior e inferior, y sus tapas unidas por el lomo. Cuando elegimos un libro de la estantería tenemos que tomarlo por el centro del lomo y nunca por la parte superior, porque es más frágil y puede romperse. Si miramos un libro mientras comemos, se pueden manchar las hojas y después va a ser difícil ver los textos o las imágenes. Además, los restos de comida muchas veces atraen insectos que comen el papel o dejan sus huellas en las páginas. El libro no debe estar cerca del agua, porque ablanda el papel. Este se deshace fácilmente y puede quedar arrugado. Si las hojas del libro no se secan rápido, pueden aparecer hongos. Y eso necesitará un tratamiento para poder curarlo. Si el libro pasa muchas horas bajo el sol, las hojas se ponen amarillas. El libro, como las personas, también debe protegerse de sus rayos. Los libros dañados, o las hojas sueltas, deben ser reparados. Evitar las marcas personales, los dibujos y las dobladuras en las hojas. Si desde la infancia aprenden a cuidar los libros, estaremos fomentando el crecimiento de niñas y niños sensibles, solidarios y conscientes de la necesidad de proteger los bienes de la comunidad.
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